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Lugares Recónditos en la Sierra de Fancia

              

                         


Me llamo Yolanda y vivo en la Sierra de Francia, en el término de Santibáñez de la Sierra.

En este blog no voy a hablar de un tema concreto sino que me referiré a aspectos que me importan, impresiones y curiosidades de varios de los pueblos situados en el margen oeste de La Sierra de Francia, concretamente en la entrada por la SA 220.

Aunque algunos de ellos no son muy conocidos, comparten su esencia y el rico y gran Patrimonio Natural con los demás pueblos de la Sierra. Veo este blog como una gran oportunidad de darlos a conocer e invitar a visitarlos. 

 

“Hospitalidad”


Es una cualidad de la Sierra que también la comparte el madroñero. Me gusta mucho esta especie arbustiva porque está muy  presente en esta comarca y  la define en cierto modo. Os daré alguna información al respecto: tiene una gran capacidad de adaptarse a diferentes condiciones medioambientales, aspecto que le proporciona un gran valor ecológico. Sus flores atraen a numerosos insectos polinizadores, esenciales para la salud de los ecosistemas.Diversas especies de animales como la perdiz y el jabalí se alimentan de su fruto lo que ayuda a incrementar la diversidad biológica en la zona. También es apto para el consumo humano usándose en diversos productos alimenticios como mermeladas, confituras, conservas y licores. Además tiene propiedades medicinales antiinflamatorias, diuréticas y cardiovasculares. Algunas de  estas propiedades las comparten muchas otras especies y plantas que tienen su hábitat en la Sierra de Francia. 

 Como curiosidad decir que era un árbol sagrado para los romanos ya que protegía el umbral de la hacienda, de ahí ha pervivido la  costumbre de plantar un ejemplar de esta especie junto a las verjas de los jardines o  la entrada de las casas. Está considerado como de buen augurio porque lleva al mismo tiempo las flores del año en curso y los frutos del año anterior por lo que simboliza también el “ahorro” y la previsión características también que comparte con la gente de la Sierra. 

                                                                      


Pues numerosas madroñeras encontramos al acercarnos a Molinillo y Santa María de los Llanos, los dos pueblecitos de los que hablaré primero. 


“Las gallinas de los Llanos pa los curas de Miranda”


Santa Maria de los Llanos es una pedanía de Santibáñez de la Sierra.Siempre ha estado muy relacionado con la Iglesia.  Fue un lugar afamado en tiempos de los Condes de Miranda por celebrarse allí una de las más multitudinarias romerías en honor a su Virgen. Por otro lado aparece citado en el siglo XIV en el tratado cinegético “El libro de la montería” de Alfonso VI como buen “cazadero” de osos.

Aunque su patrimonio arquitectónico es sencillo y “humilde”, sin embargo tiene un valioso patrimonio natural, especialmente extensos bosques de castaños en los que se encuentran escondidas gran cantidad de piezas arqueológicas y es además un majestuoso mirador no sólo de la Sierra de Francia, también de la Sierra de Béjar abarcando bajo su vista  la Reserva de la Biosfera.



Por cierto, solo tiene tres calles, “Moral”, “Las Eras” y “La Tejera” y me resulta curioso que tengan el nombre de un árbol,de un terreno y de un material de sus alrededores como queriendo afianzarse en ellos. 

 

 


“El arriero de Molinillo”




 Es un graffiti se realizó este verano.  Hasta mediados del siglo pasado muchos de los municipios serranos estaban comunicados entre sí por caminos y senderos y estaban muy transitados. Los  burros, caballos y mulos de los arrieros de Molinillo transportaban mercancías ( entre ellas uvas, aceitunas, trigo y también cisco)  en  enormes “banastos” de castaño que vendían por muchos pueblos cercanos.

Aunque la mayoría dejaron de utilizarse a mitad del siglo pasado. Desde hace algunos años algunos de ellos se han recuperando como  “el Camino de los enamorados”, entre Pinedas y Miranda del Castañar y con la que enlaza Molinillo, en memoria de los novios Hortensia y Kiko, oriundos de Pinedas que fallecieron ahogados en el río Alagón en 1940.  

  

Molinillo es un pueblo desconocido que se encuentra situado en lo alto de un precioso valle donde confluyen dos ríos, El Sangusín y el Alagón. Desde algunas de sus rutas senderistas puede divisarse su  profundo encajonamiento y también se pueden ver  buitres y otras aves de rapiña. Las más transitadas son la del Cuenta Cuentos, la del Mirador y las que enlazan con Santibañez de la Sierra y Pinedas.

Parece ser que su nombre le viene por la existencia de molinos de aceitunas en “el lado del arroyo” que están desaparecidos.

Molinillo es, como la Sierra a la que pertenece, un lugar especial, mágico y muy hospitalario. ¡Qué mejor recibimiento que una fuente y un madroño!



“La leyenda del zahorí”


Trata de un buscador de agua que era de Pinedas. Marcó la existencia de un tesoro en el término de Valero pero que nunca fue encontrado porque los buscadores desistieron. Después de conocerla pienso en el agua, más valiosa que el oro. !Qué solicitado estaría ahora el zahorí de la leyenda!

Pinedas es como Molinillo otro gran desconocido. Tiene también una gran riqueza natural, numerosos restos arqueológicos y un soberbio mirador, Los Chanchitos desde donde se divisan las dos sierras, la de Francia y la de Béjar.


“Ama y haz lo que quieras”


Es un conocido dicho de San Agustín,  patrón de Santibáñez de la Sierra. Su festividad es el 28 de Agosto y en ella junto, al Santo, es el folklore uno de sus protagonistas. La agresividad de sus  “paleos” era un referente para el resto de las localidades serranas.

Me parece interesante hablar sobre algunos aspectos de la historia de este pueblo serrano, que aunque más pequeño de dimensión que otros más conocidos, comparte parte de su historia, costumbres tradiciones y arquitectura tradicional. 

Al parecer se asienta sobre un castro prerromano. De la época romana también puede observarse un pequeño tramo de calzada en el camino que comunica el pueblo con “los puentes del Alagón”. Medievales son las pizarras visigodas con signos numéricos y la desaparecida ermita de San Juan que está relacionada con la fundación del pueblo. Hay una leyenda de esta ermita según la cual en ella se enterró un príncipe o un gran señor que yacía junto a su espada y quizá con su  fortuna. Es curioso como hay quien opina que podría ser Don Rodrigo. 

Son muy singulares e interesantes las tumbas antropomorfas encontradas en el yacimiento “El Tesito”, localizado al Oeste del término municipal. Excavadas en un afloramiento granítico elevado del suelo, aparecen aisladas e indican la posibilidad de la existencia de pequeños grupos de población dispersos.


 

Otro pintoresco lugar es la charca de “ los puentes” del Alagón , zona de pesca y de baño. El puente es medieval y se restauró hace pocos años.

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“El Piélago de Valero”


Es otra paradisiaca charca enmarcada entre abruptas rocas. Yo aprendí a nadar allí. Está ligado a mi infancia. Es un remanso de paz y frescura ideal para relajarse, para pescar y bañarse. Se encuentra en la carretera que va desde los puentes a Valero, un trayecto que merece la pena recorrer. En el pueblo está ubicada una piscina natural con aguas puras y cristalinas del río Quilamas conocida como ”Charco el Pozo”.


Es el pueblo de la miel y de la” Leyenda de la reina Quilama” y llegó a ostentar un marquesado.¡Un pueblo con mucho poderío! 

 Sepultado entre montañas, Valero es para mí, sin duda, el lugar más recóndito de la Sierra de Francia. Con él me despido.

Yolanda.





 

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